miércoles, 14 de septiembre de 2016

Ser acompañante incondicional

Encontré varios significados de la palabra "acompañar" pero haré un simple resumen personal: caminar junto a alguien sumando, no restando!
Y la palabra "incondicional" siendo tan difícil de cumplir pero tan simple de definir: sin limitaciones ni condiciones.

Caminar junto a una persona sin limitaciones ni condiciones, uff!! Eso sí que cuesta...
Ahí creo que está el secreto del éxito para transitar juntos, en que la persona con la enfermedad pueda caminar acompañado pero caminar al fin, no que caminen por él, no que le hagan creer que no puede seguir. Eso sería sumar, eso sería ser incondicional, dejar que quien lleva la mochila decida cómo se la quiere poner, cuando quiere sacársela para descansar, cuando tenga fuerzas para correr con ella, respetar sus momentos, no limitarlo.
Pero ¿sabemos ser realmente acompañantes incondicionales con una persona que está enferma? Ya de por sí nos cuesta ser acompañantes, más nos cuesta ser incondicionales..imagínense si además es con una enfermedad en el medio!!
Reconozco que desde chica cuidaba a quien estaba enferma, mis hermanos, mi abuela. Pero eran cuidados simples y duraban un rato, después yo seguía con mis cosas. 
Muy distinto es cuando tu marido, mujer, hijos o alguien que viva en tu casa necesita de tus cuidados, de tu "acompañamiento". Ahí cambia tu vida, no digo ni para mejor ni para peor (eso da para escribir aparte) pero no hay horarios definidos. Son 24hs de cuidados, sean físicos, sean emocionales, sea pensar en la comida, en fin, miles de temas que voy a ir tratando en este blog. 

¿Cómo ser una buena compañía? Esa fórmula no la tengo, no sé si lo soy asique no sé si dar consejos muy certeros..tendríamos que preguntar a mi "acompañado" que es quien dirá la verdad!
Pero creo que para ayudar a otros es fundamental ayudarnos a nosotros mismos. Si no estamos bien, mejor no tratemos de acompañar a nadie porque más que sumar estaríamos restando!!
Gracias a familiares y amigos uno puede nutrirse de esa energía necesaria para estar bien y poder caminar este camino tan difícil de la enfermedad. Y esto lo digo tanto para el acompañante como para quien pone el cuerpo y alma en esta batalla.

Por último, y lo más importante, es cuidarnos espiritualmente. 
Poder confiar en Dios, la Virgen María, la Energía Divina, el Universo o en quien ustedes crean pueden entregar su alma para que en los momentos flojos, débiles, sin fuerzas, los sostengan, los levanten en el camino y lleven en ancas hasta que puedan volver a caminar. 

La familia y los amigos, se van a sus casas, se van a dormir, se van de vacaciones, y en el día a día quedamos nosotros, los acompañantes, junto a nuestra energía "subeybaja"...qué hacer cuando está baja?? Ahí es cuando viene la parte del abrazo espiritual, de la energía divina, de la necesidad de una mirada, un rico olor, una linda música, una oración, y puedo enumerar millones de opciones que suben la energía interna. Cada uno tiene su propia fórmula, lo importante es buscar esa carga energética, no quedarse en baja porque no nos va a servir a nosotros ni a quien acompañamos.

Este tema da para mucho más, pero la idea no es aburrir sino tocar cada uno de los puntos importantes dentro del camino incondicional en la enfermedad.

Para acompañar a alguien primero tenemos que estar bien, asique en el momento que uno cambia de estado y enfrenta una transformación (como la oruga y la mariposa) tiene que pensar en qué cosas necesitaremos para lograr ser un acompañante incondicional sin morir en el intento. 

Tenemos la libertad de decidir cómo caminar pero para sumar a quien acompañamos miremos un poco si estamos en nuestro eje, si nos falta alguna herramienta y con todo listo emprendamos la caminata junto a nuestro "cuidado" sin condiciones, sin límites y así encontraremos el amor que nos nutra para que el camino sea más féliz, no dije fácil, sino felíz. :-)
 

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