viernes, 23 de septiembre de 2016

Los hijos, acompañantes incondicionales

Ya escribí sobre el o la acompañante incondicional, sobre los ángeles que van y vienen, mencioné a los médicos (tema pendiente...) pero en nuestro caso debo y quiero hablar sobre los hijos, más bien hijas para nosotros!!

Cuando aparece una enfermedad compleja en algún integrante de la familia (cáncer del papá para nosotros) se genera un nuevo clima por decirlo de alguna manera.
Primero hablamos entre nosotros sobre el tema pero tácitamente, sin ni siquiera analizarlo, estuvimos los dos de acuerdo en naturalizar el problema. Este punto es tan personal que, aclaro, solo voy a escribir sobre nuestra experiencia como familia. Así como cada familia es un mundo también cada uno elige cómo quiere que sea ese mundo, nosotros quisimos siempre que sea transparente, natural, cariñoso, hablado...y con 4 mujeres seguro iba a ser hablado ja!

Ok, teníamos un integrante nuevo en la familia: el tumor. 

Ahora había que transformarlo en idioma de niños..o no...yo nunca entendí por qué uno cuando era chico no escuchaba nada sobre la muerte, sobre las enfermedades, ni siquiera si una mamá había perdido un embarazo. Por eso mismo no quise repetir la historia con mis hijas y desde el principio supieron todo, por lo menos todo lo que ellas pueden comprender.

Así fue como comenzamos cambiando el nombre, quiste suena mejor! y hasta poroto le decíamos!! pasaron meses hasta que se dieron cuenta de que el poroto resultó ser un cáncer y recién en ese momento unificamos idiomas de adultos y niños.

Por supuesto que todas las preguntas me las hicieron a mi, las dudas y miedos surgían en momentos inesperados...típico cuando vas manejando y saltan con un: ¿papá tiene cáncer? ¿papá se va a curar? y como les dije que nuestra idea de familia incluye naturalidad...no podía irme de ese eje asique salía la explicación técnica lo mas positiva posible. Es que después los chicos repiten y me imaginaba la cara de una amiguita de 10 años escuchando sobre quimios, rayos, internaciones, etc. entonces empezaba por el final feliz y motivador: el viaje que haríamos los 5 cuando termine el tratamiento! 
A partir de eso tan tentador, seguía rápidamente con todo lo demás, lo más técnico. Yo creía que les entraba por un oído y salía por otro, pobre ilusa! 

Resulta que las clases de neurooncología explicadas por quien escribe en medio de un tráfico terrible... llegaban hasta las maestras ohhhh ¿habré aprobado la materia? mmmm yo de neuronas sabía tanto como de computadoras! Pero con este curso acelerado creo que algo aprendí, hasta puedo decir que el cerebro es el software de una persona, essssaaaa!!! 
Me faltaría un acelerado de computación reconozco...ya que del otro curso tengo el certificado médico de aprobada (con una nota alta y todo. obvio me autoevalué jeje).

Volviendo a nuestras genias de hijas, han sido y aun lo son, protagonistas indispensables en este camino. 
Se me aparece la imagen de ellas ayudando a su papá a caminar luego de que la cirugía lo deje hemiparésico por un tiempo del lado derecho y se me pone la piel de gallina. 
O haciéndole masajes a la noche en la pierna, o cuando aparecieron en el sanatorio con una sonrisa por los pasillos y alegrando el 8vo piso con algunos pacientes tristes por ahí. Hasta llenaron las paredes del cuarto con dibujos que nos hicieron sacar enseguida por un tema de higiene (no registraron en que le subían las defensas sólo de verlos, típico del sistema de salud tradicional...).

Y así puedo seguir mucho más contando cada lindo detalle que han tenido y tienen con su papá. Estamos tan orgullosos de ellas...¿se nota? y sí, boletines impecables, conducta intachable, amor incondicional en todas sus expresiones.

El motivo de escribir todo esto, además de agrandarme por semejantes hijas, es para mostrarles una forma de vivir la enfermedad en familia. Cómo una situación tan complicada puede fortalecer una familia. Hemos logrado una unión invisible (supongo que a veces se ve también) que nada ni nadie podrá romper. Hace poquito una de mis hijas me dijo "mamá lo más importante es la familia" y cuanta razón tiene!

El futuro es incierto pero el presente es un regalo que nos da Dios para que lo vivamos a pleno y, la verdad, eso intentamos como familia. 
Disfrutarnos y querernos cada día con esta mochila que a veces las chicas le quieren sacar a su papá y cargar ellas. 
No creo que exista mejor acompañante junior que nuestros hijos, son naturalmente incondicionales, aprovechen y nutranse de su amor!

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