miércoles, 15 de agosto de 2018

¿Qué crees que debería saber de vos para ayudarte lo mejor posible?

En un taller sobre Modelo de la Humanidad que se brindó en el Hospice Buen Samaritano (Pilar, Pcia. Buenos Aires) se trató el tema de la Dignidad de las personas y surgió una pregunta para realizar al paciente y a sus familiares, a la cual yo le hago mi propia interpretación: 

¿Qué crees que debería saber de vos para ayudarte lo mejor posible?
Pregunta interesante y apropiada si la hay...

Una persona quiere ayudar a otra y muchas veces no sabe cómo hacerlo, pone su mejor intención en alcanzar el objetivo pero en algunos casos o no lo consigue, o "la embarra" generando más problemas. Para que la ayuda sea realmente válida, es importante primero reconocer qué necesita la otra persona y así se podrán resolver los problemas de la mejor forma posible.

Como acompañante de una persona con una enfermedad, aunque sea una simple gripe, es bueno primero hacer esa pregunta al otro y a uno mismo. Porque también hablar con uno mismo ayuda, a veces el paciente no sabe expresar lo que necesita o no quiere decirlo directamente para evitar ofensas y enojos en quien lo cuida. 

Entonces, por un lado preguntarle a quien vive la enfermedad qué considera importante decirnos de su persona, de su situación, de sus dolencias y sus alegrías también, para que el acompañante pueda ayudarlo. 
Pero, por otro lado, hacernos nosotros esa pregunta para lograr una empatía con quien cuidamos. ¿Qué conocimiento de quien cuido puede ayudarme a cuidarlo mejor? ¿Sé realmente cómo se siente ahora?¿Sé lo que necesita de mí en este momento?

Pasemos del dicho al hecho en un ejemplo. Si a un paciente que está acostumbrado a la tranquilidad, a la vida sin demasiados ruidos, su acompañante intenta que se divierta con visitas de amigos y familiares, con música alta, etc. le puede generar un efecto contrario a la buena intención de quien lo cuida. Mejor preguntarle antes, con mucho amor y empatía se logrará ayudarlo en lo que realmente necesita en ese momento. 

Y podemos irnos al caso contrario, aquel paciente fiestero que recibe cuidados en su enfermedad muy amorosos pero demasiados relajantes, hasta aburridos quizás para él y no sabe cómo explicarle que le gustaría un poco más de "pimienta" en su vida diaria dentro de lo que se pueda. 

Creo que la palabra que mejor describe estas situaciones sería la EMPATÍA. Que el acompañante y cuidador se ponga en el lugar de quien cuida utilizando las preguntas correctas y así sabrá qué necesita la otra persona.

Sólo me queda dando vueltas algo...creo que preguntar al otro lo que le parece mejor que sepamos para ayudarlo apropiadamente es un ejercicio que podemos hacer con los demás sin necesidad de tener una enfermedad en el medio...