martes, 21 de febrero de 2017

El rol de la Tristeza

Si acompañas a una persona que atraviesa alguna enfermedad y además lo haces "con onda" o positivo o no negativo, vas a tener muchos beneficios para vos y especialmente para quien cuidas.

A medida que pasa el tiempo podrás ver cuanto influye tu humor, tus caras o tus comentarios en el día a día. El valor de una sonrisa no tiene precio, o mejor dicho el costo de poner mala cara puede ser muy alto. Entonces, ¿qué hacemos? ¿nos dibujamos una sonrisa en la cara y listo? se hace difícil al pensar que sonreír puede sumar tanto...qué presión!!
Pero somos humanos!!!! y las personas tenemos muchas emociones, desde las más lindas hasta las más horribles...ay ay ay ésto no es fácil...

Creo que deberíamos hacer un curso (ya que aprendemos, que sea con un título bajo el brazo!) sobre el manejo de las emociones en una enfermedad. Si, no sé si existe pero estoy dando una idea a alguna persona experta en organizar talleres y seminarios para cualquier cosa!!
Aunque pensándolo mejor, me da la sensación de que estaría bien cada tanto sacar de adentro esas emociones no positivas. A esta altura ya creen que estoy media loca, ojo que puede ser!!

Viene a mi memoria la película "Intensamente" que estrenaron hace un tiempo donde las emociones trabajan en equipo y cada una tiene un rol importante. Lo que más aprendí al verla fue que la Tristeza fue la salvadora, terminó siendo casi la protagonista. Mmmm para analizarlo...no crean que estoy tratando de decir que hay que vivir triste y así nos va a ir bárbaro!
Me parece que necesitamos dejar salir a la Tristeza, no encerrarla dentro nuestro, entonces podremos trabajar con ella para que fluya abriendo el camino a la Alegría que esperaba su turno y así lograremos armonía entre nuestras emociones.

Todo esto muy lindo, pero hay un factor muy importante: el entorno. Nuestro "acompañado" y el resto de las personas que nos rodean.
Ellos ¿comprenderán que la Tristeza sólo es una emoción pasajera? ¿cómo explicarles que necesitamos que salga y una vez afuera otras emociones más lindas van a aparecer? Ah, necesitamos un blog para los demás, disculpen pero acá me dedico a nosotros, los acompañantes!

Como decía antes, es un costo alto no tener a la Alegría como protagonista las 24hs. del día y, aunque no lo crean, también puede ser negativo el estar bien, con buena energía en este camino tan largo y difícil. ¿¿cómo es eso??

Si estás la mayor parte del tiempo caminando este momento de la mejor forma posible, entonces te pueden pasar dos situaciones (o más, yo escribo mi propia experiencia):

1) "el día" que se te ocurrió liberar la tristeza o el enojo o la angustia...zas! se viene todo abajo! vas  a tener la preocupación de quien acompañas en tu nuca, cosa lógica porque si no estás bien vos no vas a poder ser una buena acompañante por lo tanto le afecta directamente tu estado emocional. Te mirará raro, estará más atento a cada gesto o palabra y hasta que vos no cambies tu estado de ánimo no se relajará...chan!

2) ni hablar con el resto de las personas cercanas, sea familia o amigos. Resulta que vos estás llevando perfecto la situación, quien lleva la mochila de la enfermedad está espléndido, todo es color de rosa...entonces se olvidan de que cada día uno necesita renovar la energía, que la enfermedad sigue, controlada o no, y que no es fácil vivir con ella ni con sus síntomas.
¿Hará falta que aparezca la Tristeza para que se acuerden?
Personalmente no me pasa, pero seguro que debe haber unos cuantos casos donde los acompañantes se ponen en papel de víctimas, angustiados o preocupados por demás, solo para que no se olviden de que existe. Cuidado porque detrás de todo esto está el paciente!! No vaya a ser que el acompañante se deprima culpa de la distancia de los demás y termine olvidándose su rol de cuidadora. Ojo al piojo!

Conclusión:

Si un acompañante está con una sonrisa permanente...no es normal.

Si un acompañante tiene a la Tristeza como protagonista en su vida...es preocupante.

Lo ideal sería un mix de emociones donde la Alegría de vivir cada día sea la última emoción que sentimos antes de dormir. Si pasa eso, el resto son solo emociones que van y vienen fluyendo como un río bajo el puente.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Personas que van y vienen

En este andar por un camino diferente, a veces difícil y otras más simple de lo que pensamos, acompañamos y somos acompañados también.
Vamos aprendiendo cada día algo nuevo y soltando cosas o temas que no nos suman o solo restan en nuestro vivir. 
Si además nos toca "soltar" personas...y bueno, habrá que pensarlo bien. El término soltar implica dejarlo ir, pero ojo que no incluye sacarlo a empujones ni gritos! tampoco incluye alejarlo con odios y resentimientos porque entonces esas emociones negativas seguirán dentro nuestro y no habremos cumplido 100% con el objetivo de soltar. 

Una vez que hicimos la primer "soltada" (me gusta cómo queda la palabra soltada...me hace acordar a soltar globos al cielo, o abrir jaulas para que los pájaros vuelen libres) y pudimos alejarnos un poco de aquellas personas que nos hacen mal o que no nos suman en este camino, será momento de abrir el corazón a algunos que esperan su turno para ayudarnos. Estoy tan metida con los turnos médicos que le pongo turno a todo!! jaja.

Pero volviendo a la seriedad, tanta gente que quiere y realmente puede ayudarnos y nosotros con el corazón ocupado en otras personas que, sin mala intención, no colabora en esta tarea de transitar una enfermedad. 
Veo a los que están luchando con sus miedos, sus angustias, sus incertidumbres, y encima reciben comentarios o gestos de sus amigos o familiares que no les suman. Acompañante...tu tarea!!

Ya con la capacidad suficiente para recibir a los que ponen su granito de arena, será cuestión de estar alerta. A veces la ayuda viene sola y otras hay que buscarla. Eso de sentarse a esperar que vengan y nos solucionen los problemas...no va. 
No sé si me explico, estar abiertos a aquellos que nos puedan ayudar no quiere decir tener la obligación de hablar de la enfermedad con todos, de andar pidiendo ayuda por la vida. Es tener el tacto para encontrar a la persona justa en el momento indicado. 

Como acompañante (y quizás muy abierta a recibir ayuda) he hablado del tema con personas a las cuales vi pocas veces en mi vida, sin embargo recibí tanto apoyo y cariño que no lo puedo describir. Insólito!! ¿por qué será que un amigo no sabe cómo ayudar y se "esfume" del planeta haciéndote dudar si realmente le interesas y de repente un desconocido ofrezca su corazón para darte una mano?. Es común, pasa en las mejores familias dirían... pero como cada persona siente y vive diferente una enfermedad propia o ajena, así también pasa con los vínculos por lo tanto paciencia y a no enroscarse.

Algo muy pero muy emocionante que trae una enfermedad es toda esa gente que conoces a lo largo del tratamiento y que queda un cariño especial para siempre, y probablemente, al final del camino no vuelvas a relacionarte con ellos o por lo menos con la mayoría. 

Ese corte del vínculo entre las personas que compartís el proceso de una enfermedad puede ser porque se da naturalmente (no creo que quieras visitar el sanatorio si estas sano...) o puede pasar que no quieras hablar con alguien que estuvo al lado tuyo en esos momentos porque te hace revolver el pasado no sanado. 
Para no pensar en los que nos borran de su vida como si fueras un chat del whatsapp, vamos a enfocarnos en los casos positivos.

Un ejercicio que me gustaría hacer alguna vez sería el de escribir en una hoja la lista de personas que han aparecido para darnos una mano en este camino. A veces, un lápiz y un papel te ayudan a ir recordando y a pensar hasta en quien llamó a la ambulancia cuando no estabas con tu "cuidado". Y al memorizar vas llenando nuevamente tu corazón de ese cariño que recibiste, como si lo revivieras.
Alguna vez con mi marido nos pusimos a pensar en aquellos que se habían cruzado por nuestra vida y no volvimos a ver (por razones naturales, no por rechazos) y fue muy lindo recordarlos.

Sé que la enfermedad es una de las peores cosas del mundo y no se la deseo a nadie, pero cuando aparecen estos ángeles en el tratamiento pienso que con salud seguro no los hubiésemos conocido ni recibido su afecto. 

Un punto positivo de tanta desgracia es conocer ciertas personas pero el gran dilema sería: ¿por qué tenemos que abrir nuestro corazón a los demás recién cuando hay una enfermedad de por medio y no cuando estamos sanos?