viernes, 3 de marzo de 2017

La lluvia propia en la enfermedad

Después de una tormenta vuelve la calma, los pájaros y las mariposas van apareciendo entre las plantas para aprovechar las gotas de la lluvia que aun no se secaron. O sea, la lluvia les sirve como medio para hidratarse...entonces no es tan malo que llueva no? Y por qué en los días grises uno se pone melancólico y espera que se asome el sol si necesitamos del agua de lluvia para que los seres sobrevivamos (y vivamos)?

Hay algo que creo necesitaríamos hacer todos como ejercicio emocional: llorar. Así de simple, sin vueltas. Es como la lluvia: lava, purifica, elimina impurezas y arrastra emociones para otros lados.
Ojo, todavía no dije si necesitamos llorar de alegría, felicidad, pasión o de tristeza, angustia, rabia, etc....mmm me parece que mi propuesta abarca todos los niveles de emociones y sentimientos.

Entre paréntesis, ¿¿llorarán las mariposas??

Se preguntarán qué relación tiene esto con una enfermedad, bueno, yo le encuentro muchas coincidencias....

En el día a día surgen momentos lindos y otros que preferimos no vivirlos. Cada uno de los familiares y amigos está en su mundo, con su propia vida entre sus alegrías y tristezas. Pero acá, quien lleva la enfermedad, quien lo acompaña y quienes conviven con él (hijos, hermanos, padres) tienen en su hogar una nueva forma de vida, aunque a veces no lo parezca. Adaptarse a la enfermedad no quiere decir eliminarla de nuestro pensamiento y menos quiere decir que ya no afecta en la rutina.

Siguen con la incógnita de la relación entre la lluvia, el llanto y la enfermedad... paciencia que voy llegando!

¿Cuándo fue la última vez que lloramos?¿fue por alegría o por tristeza? y ¿cómo nos sentimos después? ufff, demasiadas preguntas ¿no? Se supone que tengo la posta, pero lamento desilusionarlos...no tengo la posta yo, o por lo menos todavía no me ha llegado.

Cuando aparecen síntomas de una enfermedad en general no lloras, podes preocuparte o no, pero como todavía no tenes idea de qué te pasa o qué le pasa al otro, las lágrimas están contenidas. Ejem, no fue mi caso...viendo el síntoma a través de la convulsión lloré como una loca, sí, así lo creían en la calle quienes se acercaban. jaja casi que me suben a mí a la ambulancia para atenderme! Evidentemente pude ver más allá del síntoma y se me planteó toda la situación en un segundo. Sin tener idea de que un querido tumor estaba en la cabeza de quien acompaño, el síntoma me mostró directamente la muerte. Qué horrible!! podría haber sido más considerado y mostrarme el tratamiento, la cirugía, o cualquier cosa que ayude a combatir la enfermedad. Debo ser yo más que el síntoma, demasiado drástica!
Bueno, ya hablé de ese día en otro post.

Pensando en las últimas veces que lloré, puedo decir con orgullo que algunas han sido de alegría. Quizás esas lágrimas no son tan abundantes como las de tristeza, pero más vale calidad que cantidad no?
Y ¿cómo se hace para llorar de alegría en medio de una enfermedad larga y terminal? No soy la experta, sólo puedo aportar mi granito de arena.

Por ejemplo, por la noche al saludar a tu compañero de aventuras (o de enfermedad..) si le agradeces un día más de vida, 24hs más de estar con vos, 1440 minutos de acompañarte en esta experiencia de vida (bueno es un decir, ojalá no estés los 1440 minutos pegada porque sería como mucho no?). Y al agradecer, podes hacerlo en forma positiva o negativa. Es como el vaso medio lleno de agua o medio vacío. Yo prefiero ver lo lleno, lo vivido hasta ese momento. Otros lo ven como medio vacío, miran ese hueco que falta, hacen cálculos de cuánto tiempo les gustaría estar juntos, de lo que vendrá. Creo que ese no es un buen camino, porque enfermo o no, nadie pero nadie sabe cuánto va a vivir. Y por qué vas a pensar en morir si estas viviendo? Entonces, llorá de felicidad por ese vaso medio lleno, por lo que vivís en ese momento. No gastes lágrimas de angustias por que sí, esas ahora no te van a ayudar y las vas a necesitar en el futuro cuando corresponda.

Entonces, la lluvia limpia la naturaleza, el entorno. Las lágrimas limpian emociones, el interno de uno mismo. mmm todavía no queda muy claro ¿no?

Si digo que las lágrimas de felicidad son positivas suena medio raro que limpie algo. Pero sí, esas lágrimas limpian impurezas, sensaciones y emociones negativas y si no me creen hagan el ejercicio. Busquen algo lindo por qué llorar, saquen sus lágrimas y verán que si tenían dentro suyo algo que les molestaba, seguramente o no está, o se achicó.

Y faltan todavía las lágrimas de tristeza, de angustias y rabias. Bueno, esas justamente sirven para sacarlas de adentro, para eliminar esas emociones y vaciarse de cosas que no nos hacen bien dejando el espacio para otras emociones más interesantes y productivas.

En el camino de la enfermedad (y de la vida en general) necesitamos de nuestras lágrimas, no sequemos los lagrimales porque es una herramienta muy útil para lograr cierto equilibrio emocional.

Se puede llorar de felicidad en medio de una terrible enfermedad, siiii, yo lo he hecho y conozco otras personas que les pasó lo mismo.
También es normal y necesario llorar de tristeza en una enfermedad. Tratemos de no pasarnos porque se nos va a lavar demasiado el espíritu propio y el ajeno...que sea sólo lo imprescindible.

Un último consejo, que el llanto sea compartido y no solitario. Ese sería como el sumun de la cuestión. Y si lloramos con quien acompañamos puede ser una ayuda mutua mientras no sea un llanto constante, y si lo es, ¡que sea de felicidad!

Yo le digo a mi querido paciente: gracias por estar a mi lado hasta este momento. Te mando lágrimas de agradecimiento por eso.

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