miércoles, 14 de diciembre de 2016

Acompañar en grupo!

Me gustaría ver muchas mariposas juntas volando, pero muchas! ¿cómo lo harán? Sinceramente no lo investigué ni puse en el buscador. 
Pero relacionando un acompañante con una mariposa que vuela y guía (a veces) a su familiar o amigo a quien cuida en este nuevo camino, me entró la duda...

Pensando en los  momentos vividos en el tratamiento de quimioterapia y rayos me pasa algo medio loco. Resulta que tendría que recordar únicamente a quien acompañé y no! se me cruzan por la memoria tantas personas con alguna enfermedad, por supuesto que al estar visitando lugares especializados para los tratamientos no nos íbamos a encontrar con un deportista musculoso que va a que le miren sus triceps!

Pero no sé si sólo me pasa a mi o es en general, uno entra en ese camino pedregoso y no es un camino tan solitario como pensamos.

Vas a radioterapia y aparecen en la sala de espera varias (son bastantes porque la espera es larga..) personas sentadas. Algunos con mejor espíritu que otros, algunos en silencio y otros charlando como si estuvieran tomando el té con sus amigos. 
En ese espacio te enteras de muchas cosas que se relacionan con el cáncer. Y si estás ahí es porque un cáncer apareció en tu vida y te lo queres sacar de encima, por paseo no creo que elijas ese lugar...
A veces mejor llevar unos auriculares y no escuchar, la terapia grupal si no está dirigida por un profesional en el tema puede desbarrancar!

Ya en esa fase del tratamiento no estábamos solos, compartíamos angustias, miedos y por suerte también confianzas. De todo, pero en grupo. Ni hablar cuando apareció una mesita con algo rico para compartir...resulta que el último día de rayos se festeja llevando algo para comer entre todos...

La quimioterapia tampoco es solitaria, no es tan grupal pero eso no quita que pueda desbarrancar también!!
Es un poco más personalizada, podes estar unos minutos en un sillón o días internado. El tratamiento que nos tocó fue de los más rápidos, pero no por eso fue ni placentero ni liviano, al contrario era muy potente. Un poco más tranquilo ya que algunas veces estuvimos solos con la enfermera, otras...fue trash!! Es difícil describirlo porque no quiero escarbar demasiado en temas sensibles. Pero viendo situaciones muy complicadas tanto en quien tiene la enfermedad como en sus acompañantes (estos últimos fueron de terror...) pudimos sentirnos que estábamos hechos unas lechuguitas. ¿Será que desde arriba nos mandaron a compartir esos momentos con ellos para poder valorar lo que tenemos y somos?

La verdad es que siendo acompañante ves más allá, al no tener que pensar en tu propio cuerpo podes observar la situación como si tuvieras una lupa. Esos detalles que no los detectas siendo paciente (o si, depende) y que generan ganas de ayudar a los otros acompañantes tan estresados, angustiados, con un dolor tan intenso que los enceguece.

Si además de todo te toca acompañar en la rehabilitación ni hablar! 7 meses yendo todos los días de la semana al mismo lugar hacen que te sientas casi como en tu casa. Se gestan relaciones muy fuertes, seguramente no vuelvas a ver a tantas de esas personas pero te puedo asegurar que si te las cruzas en la vida las emociones son inmensas!
En ese espacio se festejan los logros propios y ajenos, aunque sean pequeños terminan siendo enormes. Y las caras de felicidad al dejar una silla de ruedas y poder caminar como sea pero sin ella, no tiene precio. Los acompañantes tratando de ayudarse, de pasarse datos útiles para la recuperación y hasta para la distracción. Muy fuerte...lo recuerdo y me emociona.

Sigo insistiendo en la importancia de armar una red de acompañantes....

Y pensar que al tener el diagnóstico inicial, al transformarse tu vida como la de una oruga a mariposa, crees que estarás solo....
Tendré que investigar si las mariposas vuelan juntas largos caminos porque por lo menos nosotros, pacientes y acompañantes, en nuestro vuelo les aseguro que no estamos solos sino que vamos en grupo!!


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