lunes, 21 de noviembre de 2016

Logros médicos vs. expectativas

Los médicos son seres muy especiales, tienen como un mundo aparte donde hasta los chistes sólo los comprenden y disfrutan ellos.
Es un aprendizaje el escucharlos, el encontrar las razones por las que dicen lo que dicen, por suerte al tener amigos con esa "locura" uno ya más o menos los capta...

Cuando veo personas en las salas de espera con caras de miedo sólo por pensar en lo que les dirán cuando entren a la consulta me dan ganas de sentarme al lado, y, explicarles que en el fondo los médicos tienen corazón, que si escarban un poco lo encuentran.
Deberían filmar a los pacientes y a sus acompañantes mientras esperan su turno y después mostrarles a los doctores esas caras, así seguramente cambiarían un poquito su actitud. No estaría mal la propuesta...creo que voy a escribir en un formulario y depositarlo en el buzón de sugerencias empolvado que tiene cada sanatorio...

Desde el punto de vista de los profesionales tienen miles de razones para ser tan poco humanos en su trato (no es que todos lo sean ehhh) aunque me parece que si miraran más allá de la patología ayudarían a curar y a veces a sanar también a la persona.


Como soy acompañante siento el derecho y hasta el deber de cuidar a mi acompañado por la falta de empatía y la información escasa que se recibe en una consulta.
Ya les vengo contando que nuestras consultas médicas son extensas..jaja no me va una visita expressss!!

Habiendo hecho la introducción pertinente de las consultas paso al tema que quería escribir: Logros vs expectativas. Chan!


¿Será lo mismo logro personal que logro médico? 


Acá es fundamental la comunicación con el cirujano, ni mas ni menos, para que sean compatibles y no hayan sorpresas. 

¿Qué es un logro para quien opera? ¿y para quien entrega su cuerpo en el quirófano? ¿y para quien espera rezando afuera?

Para empezar, la expectativa del resultado de una cirugía y del tratamiento en general debería ser viable, tanto para el médico como para el tipo de enfermedad. Después, si uno espera un milagro ya es tema aparte, no entraría en la expectativa terrenal.

Termina la cirugía, llaman por el parlante al acompañante...y uno hecho un gnomo entra a escuchar el "veredicto"...ahí en ese pequeño espacio se ponen las cartas sobre la mesa y se sabe quien ganó el juego!


En mi caso, la expectativa y el logro del neurocirujano no estuvieron tan tan distantes entre si, la pequeña diferencia fue la secuela...mmmm no estaba en mis planes (menos en quien puso su cabeza al serrucho) pero como el logro de sacar casi casi todo y especialmente que saliera vivo de ahí adentro era compartido, el resto fue dejado de lado por un rato. 


Igualmente tengo que describirles la emoción y pasión del neurocirujano por su tarea cumplida. Pocas veces vi a alguien contar con tanto placer una situación, llámese cirugía de cerebro, de por sí asquerosa para mi y para el general de la población. Jaja era bizarro, (palabra de moda) el médico mostrándome con su celular las fotos del tumor que habitaba entre las neuronas de la cabeza abierta de mi marido, señalando las partes de diferentes colores que justificaban la causa de las secuelas. 
Por suerte no soy impresionable, al contrario, quería comprender bien todo ya que mi rol de acompañante implica tener la mejor información posible. Trato de ser aplicada!

Ahora, el médico minimizó la secuela y le dio prioridad al tumor. Acá es donde los logros médicos se cruzan con las expectativas personales. 

Y entonces...¿qué es mas importante? ¿tenemos que festejar o preocuparnos?

Cada ser es único, no hay una respuesta definitiva.
En el momento uno festeja, se alegra, llora de ver vivo al operado, agradece a Dios por su ayuda. 
Después llegarán momentos un poco más difíciles, esos donde hay que ayudar para caminar, para cortar la comida, donde uno escucha las quejas, las decepciones por no poder mover un pie. ¡Totalmente justificado el reclamo! 
Supongo que a nadie le divertiría despertarse con la mitad del cuerpo duro...
Y ahí presente el acompañante para hacer que esa transición hasta recuperar la normalidad, o por lo menos aceptar el nuevo estado, sea lo más feliz posible.
Sumar esa cuota de buen humor y energía positiva en los siguientes días no es tan fácil. Yo sólo puse en mi pensamiento el logro médico por encima de todo, salió con vida del quirófano y limpiaron casi todo el tumor. Con ese eslogan se puede afrontar lo negativo, y ayudar realmente en lo que haga falta sumando, no restando.

Para que los logros finales no sean lo opuesto a las expectativas de cada uno, les recomiendo la comunicación fluida con los médicos. 

Insistan en las consultas con las preguntas, estar abiertos a escuchar el peor escenario sin pensar que es el único, en definitiva, informarse es la clave.

Y así, cuando entren al cubículo frío y poco contenedor donde les comenten el resultado de la cirugía, no se genere una guerra interna entre los logros médicos y las expectativas personales, pensemos que al fin y al cabo ¡son logros!




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