miércoles, 12 de julio de 2017

El tiempo en la vida o la vida en el tiempo.

Imagínate que existe un banco, que cada mañana ingresa en tu cuenta la cantidad de 86.400 € / $
Este extraño banco, sin embargo, no suma tu saldo de un día para otro, y cada noche borra de tu cuenta el saldo que no hayas gastado durante ese día.
Todos nosotros somos clientes de ese banco que se llama Vida, y la cuenta de inversión se llama Tiempo. 
En el primer instante de cada día ese banco te ingresa en tu cuenta personal 86.400 segundos que puedes gastar solo en ese día, y todas las noches, cualquier cantidad que no hayas invertido en algo provechoso, lo da como pérdida y la borra de tu cuenta. No es posible acumular este saldo para el día siguiente. Todas las mañanas tu cuenta es reiniciada y todas las noches pierdes el saldo no aprovechado, y no puedes dar marcha atrás".

Con esta metáfora me gustaría darle valor al tiempo en la vida, o viceversa, la vida en el tiempo.
Cuando cuidamos a una persona con una enfermedad larga y difícil el tiempo adquiere otro valor para quien acompaña... y ni hablar para el paciente.
Los segundos se parecen a los minutos y éstos a las horas. Los días se cuentan como la suma de 24 hs. y no solo como una unidad.

Pero resulta que una persona sana tiene la misma cantidad de horas en el día que otra enferma...y debería usar esas horas (o esos segundos) lo mejor posible.
¿Por qué una persona empieza a valorar el tiempo cuando vive una enfermedad? Tema de análisis, no en este espacio que está dirigido a los acompañantes.

Ahora, a quienes cuidamos un ser querido que transita una enfermedad también nos modifica el valor tiempo. 
Por un lado, nuestro tiempo físico de las 24hs. en el día debería ser lo más productivo posible. Depende de si tenemos familia que atender o dedicación exclusiva a nuestro paciente.
Por otro lado, al acostarnos agradecemos esos 86.400 segundos que vivimos al lado de quien cuidamos (ojalá no hayamos estado todo ese tiempo pegados ¿no? jaja sería demasiado..).

El tiempo que pasó, pasó. Como el saldo del banco en esta metáfora, al día siguiente se reinicia, no es acumulativo. 
¿Cómo valoramos el tiempo en nuestra vida? ¿lo utilizamos para bien o malgastamos? 
Si lo pensamos de otra forma, ¿cómo vivimos nuestros días?
No es fácil, tenemos que cuidar a una persona que tiene su tiempo más limitado...o no. 
Pensemos en positivo, gracias a que somos acompañantes estamos más tiempo con nuestro padre, madre, marido, mujer, hijo/a o amigo/a. Esa es una bendición!

Compartir cada uno de esos segundos que acompañamos no tiene precio y como dijimos, al final del día la cuenta queda en cero para el tiempo pero existe otra cuenta bancaria paralela que va sumando y sumando, la cuenta de lo vivido!!

Entonces volvemos al principio, el tiempo en la vida o la vida en el tiempo...y yo le doy mucha más importancia a la vida en el tiempo! Porque uno no controla ni conoce cuánto tiempo va a vivir pero si podemos controlar cómo vivimos en ese tiempo.

Por lo tanto, al acostarnos, podríamos pensar en los segundos vividos y no en aquellos que no usamos o que nos faltaron para hacer otras cosas. 

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