miércoles, 5 de julio de 2017

El miedo de un acompañante

Existe una emoción que consideramos negativa, oscura y muchos (no todos) tratamos de evitar: el miedo.

Seguramente la oruga sienta miedo si aparece algún "bichero" que la saque de su planta preferida sólo para esperar a que se haga mariposa. Ni hablar si un pájaro se posa justo en la rama donde cómodamente estaba comiendo...se le ponen los pelos de punta literalmente jaja! Suerte que tiene su propia protección!

Así es como una persona en el momento exacto del síntoma o al recibir el diagnóstico de un cáncer u otra enfermedad complicada se siente...se le para casi el corazón, se paraliza...surge el miedo tan temido que genera todos esos síntomas físicos hasta dejarnos helados.
Esa sensación tan poco placentera, la he vivido y no se la recomiendo a nadie. Pero lo bueno es que dura poco, después aparecen otras emociones pero esa, justo esa, es momentánea. Claro, si es como un shock eléctrico que uno recibe
Qué increíble, cómo puede ser que algunas personas disfruten de ese shock miedoso y otras hasta tengan un infarto. Somos diferentes, no hay ninguna duda!!

Igualmente hay muchos tipos de miedos, no es lo mismo saber que subís a la montaña rusa más peligrosa de la región que estar al lado de una persona pidiendo ayuda urgente porque se ahoga, por ejemplo.
Como no soy psicóloga y el tema es muy amplio, voy a enfocarme en los miedos del acompañante durante el proceso de una enfermedad. Esos si que abundan!! y qué difícil de dominar...

El médico te da el diagnóstico de cáncer de tu pariente o amigo. O.K. empiezan los miedos, arrancando por el shock en la mayoría de los casos que puede ser leve o con demasiados voltios. Va a depender de la capacidad emocional de quien lo escuche, de como se toma las noticias bomba.
Una vez que pasó el sacudón, siguen los miedos típicos de cada enfermedad. No es lo mismo un cáncer de hígado que uno de cerebro.
A medida que sigue el tratamiento se cruzan miedos, mieditos y miedotes. Se mezclan, unos tienen más protagonismos que otros.
El miedo a la fiebre del paciente, a que tenga náuseas, a que se caiga, etc etc. son los más comunes en quienes acompañamos. Por supuesto que los propios enfermos tienen otros miedos, seguramente más trascendentales que los nuestros. De esos no estoy capacitada para hablar, no los experimenté asique mejor me dedico a lo vivido.

Puedo dar miles de ejemplos de miedos que van y vienen, el tema en cuestión sería cómo poder controlarlos y usarlos para que sumen en esta situación tan especial como es la enfermedad.

Una de las definiciones del miedo considera que es la angustia por un riesgo o daño real o imaginario. Lo ideal sería que no usemos tanto nuestra imaginación y sólo nos preocupemos por lo real y concreto. No gastemos energía en suposiciones...

Les paso tips o experiencias propias que pueden ser de utilidad para evitar o aliviar un poco esa angustia y en definitiva esos miedos que les aparecen:

- Cuando sientan un miedo intenso, de esos que les late el corazón a todo ritmo, respiren. Ahhh qué obvio ¿no? Si siempre respiramos! se los digo más claro, tomen conciencia de su respiración y úsenla para calmarse. Mientras sientan esa sensación de miedo no pueden tomar decisiones!!

- Algo que a mi me sirvió mucho fue investigar sobre la enfermedad, por lo menos que mi angustia sea por algo real y no imaginario, si no me informo bien mi cabeza puede volar y dar mil vueltas creando fantasmas donde no los hay. Busquen buenas fuentes de consulta, no sólo wikipedia!

- Aprovechen el miedo a un riesgo en quien cuidamos para, justamente, evitar que tenga un peligro. Si sabemos que una situación es riesgosa para su salud mental o física y nos da mucho miedo,y... yo la evitaría o estaría con cuatro ojos. Creo que prefiero menos estres, ya bastante con todo lo demás.

- Si estamos muy relajados porque nuestro paciente está "impecable" o por lo menos no empeoró, y en un momento aparece el miedo, por ejemplo en el resultado de un control, será cuestión de no dormirse en los laureles. Que este tolerando el tratamiento no quiere decir que la enfermedad desapareció. Asique a ponerse una pila y estar atentos, que ese miedo nos ayude a estar en alerta y seguir haciendo nuestro trabajo de acompañantes.

- Una ventaja del miedo (si, tiene varias aunque no lo crean) es que bien usado te ayuda a protegerte de los peligros y asegurar tu supervivencia. Al sentirlo enseguida buscarás un lugar seguro, una salida de esa oscuridad. 
Cuando te da miedo que tu paciente empeore, o que se sienta mal, seguramente buscarás la forma de que no suceda o que no sienta tanto dolor. Es la utilidad del miedo bien usado, nos empuja a la acción. Si no nos diera miedo ver a quien cuidamos con cierto dolor, entonces seguramente no haríamos nada por ayudarlo. 

- Cuando aparecen nuestros miedos de acompañante, esos internos y que están bien adentro (aunque creamos que no existen) yo los dejo salir y que fluyan. Me digo a mi misma que tengo miedo pero no les doy protagonismo solo tomo lo que me suma.
Podemos tener miedo a que tu paciente se muera y sin embargo no estamos pensando en eso las 24hs. por lo tanto cuando sientas esa emoción, que pase de largo. Viví la vida sabiendo que en algún momento todos nos vamos a morir y te ayudará a estar más en el hoy, en el presente, disfrutando cada instante y principalmente agradeciendo cada momento junto a la persona que cuidas.

- Usemos a los médicos para sacarnos los miedos con respecto a la enfermedad de quien acompañamos. Si algún síntoma del paciente nos preocupa, nos angustia entonces como dice el prospecto de cada remedio...ante una duda consulte a su médico!

- Si los médicos no aportan demasiado, busquemos alternativas. Por suerte existe gente que ha experimentado la misma situación que nosotros y tiene la generosidad de dejarlo por escrito o por lo menos responder consultas. Aprovechemos que somos muchos los acompañantes que pasamos por lo mismo, logremos una red de contención para que los miedos no sean más que eso, miedos.

- Por último y creo que lo más importante, cuando esos miedos, mieditos o miedotes aparezcan entregate a Dios, a un Ser Supremo, a la Naturaleza o si no tenes tanta Fe, a alguna persona que te contenga.
Mostrar tus miedos, entregarlos a Alguien y recibir el calor de un abrazo físico o del alma hará que puedas transitar esa emoción acompañada y no en soledad, como lamentablemente muchas personas lo viven. Es terrible sentir miedo y no tener contención ni física ni espiritual.

Asique, manos a la obra. Esta emoción debería ser necesaria para la acción y no para la desesperación!! 

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