lunes, 10 de julio de 2017

Los 7 hábitos para ser un acompañante altamente efectivo

Encontré el libro "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva" de Stephen Covey y se me ocurrió aplicarlo para ayudar a ser un acompañante "altamente efectivo". 

Es un simple análisis basado en mi experiencia personal y creo que puede ayudar.

1) Ser Proactivo:

Elegimos ser acompañantes de un paciente (con todo lo que implica esa decisión) y lo asumimos con una actitud proactiva, con responsabilidad, y, buscando las mejores alternativas a las situaciones que se vayan presentando en el camino de la enfermedad.
  
Cuando aparezcan en nuestra mente las frases: no puedo, me vuelve loca, me superó, etc. entonces busquemos cambiar la actitud porque no nos va a ayudar para cumplir bien este rol.

2) Empezar con un Fin:

Consideramos como nuestra misión inicial el ser acompañante de un enfermo, y con el tiempo, iremos descubriendo que ese "trabajo" nos dejará una huella positiva imborrable en nuestra vida. 

El fin en nuestra mente será mucho más que cuidar a un paciente, será todo un aprendizaje hacia el amor incondicional.

La meta que nos establezcamos incluye el bienestar de quien acompañamos y para eso analizaremos las actividades diarias posibles, los roles de familiares y amigos en este camino y, sobre todo, nuestro aporte personal. 

3) Poner Primero lo Primero:

Enfocarnos en las actividades realmente importantes, las que contribuyen a la meta prioritaria: el bienestar de quien acompañamos.

Surgirán actividades urgentes (por ej. ir a una guardia por una emergencia) pero esas no las podemos predecir, quizá sí prevenir, pero no están en nuestro control.

Invirtamos nuestra energía en lo importante para no malgastarla porque realmente no sabremos cuánto tiempo vamos a estar en este rol.

4) Pensar en Ganar/Ganar:

Es difícil explicar que existe una relación ganar/ganar entre un acompañante y su paciente. Sólo la podrán comprender quienes lo vivan en carne propia.

Lo ideal es que la ayuda del cuidador sume al tratamiento de quien lleva la enfermedad, que le de beneficios, y a su vez, el acompañante obtenga un aprendizaje infinito tanto del amor incondicional como de varias virtudes que irá desarrollando en esta etapa.

Ambos ganan y enaltecen su relación. Si esto no ocurriera o alguno de los dos termina siendo el "perdedor", entonces, sería mejor que reconsideremos si somos los indicados para cuidar a esa persona.

5) Buscar primero Comprender y después ser comprendido:

Para comprender a quien acompañamos necesitamos escucharlo, ponernos en su lugar, ser empáticos. 

A veces creemos que sabemos lo que necesita el paciente y quizá no estamos en lo correcto. 
Para ser un buen cuidador tenemos que tener los cinco sentidos muy despiertos y así comprender las necesidades del otro. A su vez, deberíamos comunicarnos de forma fluida entre los dos para evitar malos entendidos. 
No es fácil para un acompañante tomar decisiones importantes si el paciente no está de acuerdo o no las comprende. 

6) Sinergizar

Sinergia es el poder de un todo siendo mayor que el de las partes. 
Para lograr este estado es bueno que exista una excelente comunicación entre el médico, paciente y acompañante. El acompañante no es el médico, el médico no es el acompañante y el paciente sólo es quien lleva la enfermedad (bastante tiene con eso no?) pero si no se trabaja en equipo pueden surgir problemas. 
Mejor que en la visita al médico se logre una reunión cumbre y allí, entre todos, se tomen las decisiones.

7) Afilar la Sierra:

Afilar las herramientas se traduce en fortalecer cada parte de nuestro ser:

  • Cuerpo: no abandonarlo porque necesitamos que esté sano, intentar estar al aire libre o hacer algún ejercicio.
  • Alma: Rezar, meditar, leer o escuchar música. Cada uno sabrá qué le llena el alma.
  • Mente: despejarla con otros temas, aprender algo nuevo que tengamos pendiente.
  • Corazón: cuidar nuestros vínculos, sanar aquellas viejas heridas y fortalecer las relaciones que suman. Los que restan...lejos.

Con estos "7 hábitos para ser un acompañante altamente efectivo" (y seguramente muchos agregarían más), lograremos poner foco en lo importante: estar bien nosotros mismos para poder ser un acompañante efectivo y productivo, en resumen, que SUME tanto al paciente como a quien lo cuida. 










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