miércoles, 26 de octubre de 2016

Comunicar a uno mismo y a los demás

Las personas somos únicas y afrontamos las diferentes situaciones de la vida de acuerdo al conjunto de muchas variables: formas de ser, de pensar, de actuar, nuestra cultura, religión, historia familiar, etc etc.
Una de las tantas variables que influyen en la actitud hacia una enfermedad es la comunicación sea con uno mismo o con los demás. ¡¡Imagínense la cantidad de maneras que tenemos para contar una misma noticia!!

Mi intención no es juzgar la forma de contar a los demás la información médica o el estado de una persona que tiene alguna enfermedad, aclaro por las dudas!

Como he estado escribiendo anteriormente, pienso que cada ser es diferente y hace lo que puede, conoce, y cree que es mejor para caminar por este camino nuevo. Hay que estar en los zapatos del otro para saber lo que se siente y aun así no es suficiente!!

Llega la famosa hoja con el resultado del estudio médico...y me pongo a investigar (ya me creo investigadora ja!) descubriendo que ese quiste no es tan inocente como parece.

En cada consulta con el médico se infiltra en la charla mi curiosidad como sea y pregunto, pregunto y re pregunto. 
Las respuestas van satisfaciendo mis ansias de sentirme culta en el tema, aunque no del todo, siempre el sabor a "no me termina de convencer" me queda al volver a casa. Creo que ese sabor me ha hecho estar atenta a cualquier tipo de ayuda y beneficio que pueda encontrar por ahí al leer cáncer en una oración.

Siguiendo con el tema de la comunicación, qué loco que dos personas escuchen al mismo médico con la misma explicación pero luego cada una interpreta algo distinto, o quiere interpretarlo...

Ahora, resulta que salís del consultorio y al ver el celular hay una lista larga de mensajes con casi las mismas preguntas: ¿cómo les fue? ¿qué dijo el médico? y uno que sólo necesita procesar todo lo que acaba de escuchar e intercambiar cierto diálogo con el otro... no sabes por dónde empezar.
Todos los preocupados tienen derecho a informarse sobre el resultado de esa consulta pero mejor primero que uno mismo llegue a darse cuenta de que no está dentro de una pesadilla sino en una realidad. Ya después se enterarán los demás.

Quien lleva la peor parte, o sea quien pone el cuerpo y alma a la enfermedad, no sé si lo que más quiere en ese momento es empezar a responder mensajes.

Quizás necesite meterse un rato dentro suyo y tener un "autodiálogo" (ja, creo que inventé una palabra!) para poder aceptar este nuevo desafío, este recorrido que terminará llevándolo a su transformación personal.
Si, todo muy lindo pero creo que sólo le gustaría retroceder el tiempo y hacer algo para cambiar su propio destino. Pero como no soy la persona que carga la mochila sino simplemente su acompañante, no me toca explicar el abanico de emociones que debe sentir quien escucha en pocos minutos palabras nuevas, tumor, cirugía, rehabilitación, etc.

Volvamos al momento que salimos del consultorio, opción muy recomendada: un abrazo, un beso, una caricia, una dulce mirada, una palabra linda, cualquier demostración de amor y contención es bienvenida. 

Si uno tiene mucha suerte la otra persona la recibe y retribuye. 
Si la suerte no acompaña, puede pasar que el otro esté en pleno "autodiálogo" y entonces estemos pintados al óleo...acá aparece el amor incondicional, sí, ese que no espera nada a cambio. 
Ese amor nos va a ayudar para cuando nuestra mirada no sea devuelta, o la caricia no sea sentida por el otro, entonces tendremos la alegría de que por lo menos podemos acompañarlo en ese momento, de que aunque parezcamos invisibles para quien cuidamos estamos físicamente (y emocionalmente también!).
Tengo la firme convicción de que esa demostración de amor llegó, aunque la otra persona no se dé cuenta que la recibió.

Pero siguen ahí todos esperando, padres, suegros, hermanos, cuñados..¿entonces?


Uno podría disfrazar la cosa, estirarla lo más posible, envolver el tumor con papeles de colores y decir lo mínimo posible, o hasta subestimarlo. De por sí varias personas lo hacen.


Pero, como yo soy sincera, directa, simple y no puedo engañar a los demás (menos si sé que están pendientes de uno) resulta que de a poco algunos mensajes me pongo a contestar en cuanto veo el estado de "autodiálogo" del otro. Y ¿qué decir? la verdad, ni más ni menos.

Y ¿qué verdad? ¿la objetiva o la subjetiva? bueno, la única. ¡No conozco otras verdades! 

Un quiste es un tumor, una cirugía es una operación no una biopsia, un resultado patológico tiene consecuencias concretas sin darle vueltas a lo que uno preferiría que sea. Eso no significa que decirlo sea morboso ni callarlo sea mentiroso. Son opciones de comunicarlo que tiene cada uno. La mía es así y a veces no es bien aceptada por otros...

A partir de ese desafío comunicacional comenzó unos de los tantos trabajos de un acompañante, contestar mails, llamados, chats, pedir rezos, agradecer cada ayuda.


¿Yo vendría a ser como una RRPP de la situación?
Y si, un poco porque la persona que tiene que terminar su "autodiálogo" está en 20 temas al mismo tiempo y otro poco porque, yo por lo menos, puedo hablar de los temas sin pelos en la lengua y no me cuesta mucho contestar preguntas. Eso no quiere decir que la otra persona esté sin habla Ojo!! aunque eso puede pasar con alguna acompañante que no deja al otro meter bocadillo. Creo y espero que no haya sido mi caso. Es mas, espero que le haya aliviado un poco la carga hablando con algunas personas. Es que no es divertido repetir la historia mil veces cuando todavía uno la está procesando...

Pero el trabajo de acompañante no es sólo hacia los familiares y amigos, también es con los médicos! y muy importante ese punto, mi lista de preguntas al doctor puede llegar a ser infinita (pueden confirmar sobre esto aquellos pobres doctores que nos han atendido jaja...).


Y, aunque no lo crean, el "autodiálogo" del acompañante también existe!! A veces se demora, a veces se adelanta, y cada tanto aparece en el momento justo. Mi propia charla interna la empiezo con OMMM. Una vez que arranqué, más calmada, me digo para mí misma tantas cosas como sean necesarias. Desde un simple OMMM y listo hasta un reto, un enojo conmigo misma o con el otro, y muchas veces me regalo una sonrisa y me digo cosas lindas!


En síntesis, comunicarse no es fácil ni con uno mismo ni con los demás. 


Para poder ser una buena acompañante mejor que haya un diálogo fluido con quien acompañas. Una vez armada en consenso la "gacetilla de prensa" podrás mantener a todos al tanto de la situación. 

Tratá de evitar amarillismo (salvo que haya algún morboso que sólo quiera escuchar eso o necesites espantar a otros con cuentos terribles) y usa tus palabras y tus silencios para el bienestar de quien transita esta transformación y también para el tuyo y de tu familia y ya el "paciente" hablará cuando sea su momento, cómo se le dé la gana y a quien quiera!!!

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