viernes, 16 de marzo de 2018

Acompañante-Médico

Para que un tratamiento médico sea exitoso se necesita que muchas variables se combinen de la mejor forma posible. A veces sucede, otras lamentablemente no...

Esas variables van a depender del tipo de enfermedad, pero en general son de público conocimiento: 

- evolución de la enfermedad, estado general del paciente, avances científicos, antibióticos o drogas, radioterapia, quimioterapia, hospital o sanatorio donde se trate, etc etc. 

- y otras no tan conocidas o las variables "invisibles" pero no por ello menos importantes:  estado emocional de quien carga la enfermedad, actitud hacia la vida, medio ambiente laboral y familiar, lugar físico donde vive y trabaja, nivel de estrés, alimentación, y por supuesto el acompañante incondicional que tiene a su lado. Dentro del trabajo que asume éste, hay uno que es necesario y que en general no se menciona mucho: la relación entre el médico y el acompañante. 

Ustedes pensaran que no es tan relevante para el fin último de la cura y sanación del paciente...pero...no subestimen este tema. 

Si el paciente no sigue las consignas del médico, se rebela, se deprime, se empaca, se enoja, y puedo seguir con los ses...adivinen quién sigue en la lista para colaborar en el tratamiento?? Exacto, el acompañante!! Sino para qué está ¿no?

Pero, para que su intervención sea productiva, es necesario que haya una especie de complicidad entre el médico y el acompañante. Por supuesto que respetando al paciente y su libertad y voluntad. Eso no se discute!

Entonces, para ordenar un poco el asunto me atrevo a decir que una gran variable dentro de esta situación de falta de salud, es la relación entre el acompañante y el médico.

No sirve ni que el médico mire a quien está al lado del paciente como un mueble más de su consultorio ni que el acompañante se crea el médico y haga lo que quiera. Lo mejor sería un equilibrio, una relación ganar-ganar. El doctor tiene un aliado para que se cumplan las consignas y quien acompaña cuenta lo importante que el paciente calla. A su vez, si uno le cae bien al médico puede negociar algunas cositas, llamadas paseos, autorizaciones de viajes, no tomar alguna pastillita del montón, etc.

Conclusión, sean piolas y conquisten al oncólogo o a quien les toque según la enfermedad (no digo que sea fácil, puede ser una tarea complicada, hasta a veces casi imposible).

Una vez que tienen al médico "en el bolsillo" va a fluir mejor todo y el camino a recorrer estará aceitado para poder atravesarlo lo más fácil posible. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario